Origen de neurofeedback
En el año 1924 Hans Berger construyó el primer electroencefalograma (EEG) - un instrumento que hace factible el registro gráfico de la actividad eléctrica cerebral, medida en la superficie del cráneo. Monitorizando la actividad del cerebro de su hijo, Berger observó cambios rítmicos del potencial de una frecuencia de 10 Hz. Esta acción que predomina en estado de relajación se suele denominar como las ondas Alfa (8-13 Hz). Los estudios sucesivos llevaron a distinguir en la actividad cerebral otros tipos de ondas, relacionados con distintos estados de consciencia:
- las ondas Delta (0..4 Hz) - que aparecen durante el sueño más profundo;
- las ondas Theta (4..8 Hz) - que predominan durante el sueño así como también cuando aparecen representaciones especialmente realistas;
- las ondas Beta (13..ok. 30 Hz) - las más frecuentes y típicas para un adulto que desempeña sus actividades diarias.
En la práctica, estas ondas aparecen conjuntamente y en diferentes proporciones dependiendo del lugar en el cerebro.
En 1958 Joe Kamiya decidió investigar si poseemos la capacidad de distinguir de manera subjetiva tipos de ondas generadas por nuestro propio cerebro. La persona examinada con el electroencefalograma tenía que responder varias veces al azar si se encontraba en "estado Alfa". A continuación, se le informaba sobre si la respuesta era correcta. Al inicio, las equivocaciones eran tan frecuentes como los aciertos. Sin embargo, durante las pruebas repetidas en los días siguientes el número de aciertos fue creciendo; Después de cuatro días, las respuestas fueron correctas. Es más, la persona examinada era capaz de alcanzar el estado Alfa "conforme al deseo". Pronto Kamiya elaboró una versión mejorada del aparato que facilitaba de manera automática la señal de retroacción en forma de un tono que surgía al momento de predominación de las ondas Alfa. Utilizando este dispositivo, demostró que es posible aprender a controlar voluntariamente la actividad cerebral, y por lo mismo los estados de consciencia y la calidad de funcionamiento psíquico. Así nació el neurofeedback.
En 1971 Barry Sterman inició aplicaciones de neurofeedback con fines terapéuticos. El entrenamiento que aumenta el nivel de las denominadas ondas SMR (inicialmente experimentado en animales), resultó reducir en humanos la frecuencia de convulsiones epilépticas. A finales de los 70, Joel Lubar investigó la aplicación del mismo método en niños con hiperactividad y déficit de atención. Los resultados fueron todavía más prometedores, a menudo mejores que los obtenidos en tratamientos farmacológicos o con métodos de psicoterapia clásica. Actualmente, el neurofeedback se aplica ante todo en dichos casos. En las décadas siguientes se comenzó a utilizar este método en otros trastornos psicofisiológicos tales como ansiedad, adicciones, depresión, síndromes postraumáticos.
Durante mucho tiempo no se pudo divulgar el neurofeedback por causa de su elevado precio (5-20 mil dólares) y la sofisticación del equipo a utilizar. Apenas a inicios de los años 90, en relación con la popularización de los ordenadores personales, aparecieron unos dispositivos a precios más asequibles (1-5 mil dólares).
Otra barrera para el desarrollo del neurofeedback fue al inicio la falta de comprensión en el medio profesional. Un método que se refería a conceptos como voluntad, consciencia o autorregulación sobrepasaba el "mecanístico" paradigma de las ciencias naturales. Un cambio decisivo se produjo en 1999, cuando la editorial Academic Press publicó la primera monografía científica dedicada al neurofeedback. Hoy, las aseguradoras norteamericanas cubren gastos de tratamientos de trastornos por déficits de atención curados con este método. Cada año aumenta el número de publicaciones científicas sobre el neurofeedback. Inicialmente desarrollado en Estados Unidos, el neurofeedback se hace cada vez más popular también en otros países. Hace un par de años fue creada Biofeedback Foundation of Europe y la sección europea de la International Society for Neuronal Regulation.
Un ramo separado lo constituyen aplicaciones no terapéuticas del neurofeedback en el entrenamiento para obtener un rendimiento óptimo de las habilidades mentales (en inglés peak performance training o excelencia ejecutiva) - que desarrollan el potencial del cerebro y aumentan la resistencia al estrés.
Si quiere saber algo más sobre el entrenamiento del rendimiento...
-
Preguntas frecuentes - Explicaciones accesibles acerca del entrenamiento de la mente en forma de preguntas y respuestas.
-
Estudios - Revisión de los descubrimientos científicos relacionados con el neurofeedback aplicado en el entrenamiento del rendimiento intelectual y físico.
-
Neurobit Optima - Equipo portátil para el neurofeedback, biofeedback y adquisición de datos fisiológicos.
-
Enlaces - Fuentes para saber más sobre el neurofeedback.